María Auxiliadora López de 37 años, fue asesinada tras recibir seis impactos de bala en la espalda en Costa Rica, en horas de la noche de ayer lunes. La Víctima era propietaria de un bar en Santa Fe de los Chiles, llamado el “Palenque”, en ese país.
Según vecinos, la connacional se encontraba cenando en compañía de otras dos personas en su negocio, cuando llegó al lugar un hombre vestido con ropa camuflada y el rostro cubierto.
El tipo sacó un arma de fuego y procedió a disparar por la espalda a la nicaragüense en 6 ocasiones lo que la hizo desplomarse, muriendo minutos después.
El Organismo de Investigación Judicial OIJ, en coordinación con la Fuerza Pública, realiza investigaciones de rigor, aunque de manera extraoficial se maneja que el crimen podría tratarse de un ajuste de cuentas, citaron medios locales.
Violencia sigue a las nicaragüenses
En tanto, Gretel Guerrero de 37 años, fue asesinada el pasado 8 de enero en el municipio de Chimaltenango, en Guatemala. Su cuerpo fue encontrado en la habitación que compartía con su cónyuge Leonardo José Rodríguez Menchú de 32 años, con quien inició una relación hace más de 18 meses, quien es el principal sospechoso de haberla asesinado.
La noche del 31 de diciembre, Sterling Samara Meza García, murió tras recibir varios impactos de bala de Julio César Morales, con quien había terminado una relación cuatro meses antes.
El crimen ocurrió en la ciudad de Miami, Florida, en Estados Unidos. Morales confesó que privó de la vida a su expareja porque se negó a honrar una deuda.
Violencia, un problema común en la región
María Teresa Blandón, directora del ilegalizado programa feminista “La Corriente”, dijo que en Centroamérica la violencia es tan cruel como en Nicaragua, “porque la violencia machista es un problema común en las sociedades latinoamericanas”.
“Nicaragua comparte otro problema con los países centroamericanos y latinoamericanos que es de carácter institucional porque las instancias estatales que deberían velar por la seguridad de las mujeres nacionales y extranjeras funcionan de manera muy deficiente”.
Blandón afirma que los países latinoamericanos siempre están aduciendo que no hay recursos, que el personal que atiende lo hace tardíamente o no lo hace, y las víctimas no se sienten con la confianza de acercarse a las instituciones encargadas de prevenir y sancionar la violencia y esto es particularmente difícil para las mujeres extranjeras, expresa la lideresa.
La también socióloga nicaragüense, dice que a las mujeres extranjeras se les dificulta el acceso a la justicia, porque no conocen el sistema, las leyes y en muchas ocasiones ni siquiera están regularizadas.
“Eso hace que las nicaragüenses en otros países tengan miedo de acercarse a las estaciones policiales o bien a otras instituciones estatales porque están solas, no tienen red de apoyo, tampoco dónde acudir cuando se sienten en riesgo de ser golpeadas o asesinadas”, estima la defensora de los derechos de las mujeres.
“Es importante que la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y la Organización Internacional de Migrantes (OIM), incluyan dentro de las regulaciones y políticas de atención a las mujeres migrantes, un componente prioritario de prevención de la violencia”, recomendó María Teresa Blandón.
El año pasado nueve nicaragüenses en el exterior fueron asesinados: 4 en Guatemala, 3 en Costa Rica y 2 en Panamá, indicó el Observatorio Católicas por el Derecho a Decidir, que se retroalimenta sus estadísticas de los medios de comunicación y de colaboradores en el territorio nacional.