Luisa Pernalete, investigadora de educación del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría de Venezuela, afirma que la formación “automática” escolar, es un “procedimiento” que existe en muchos países de Latinoamérica y europeos, inclusive en Venezuela.
La promoción “automática” funciona si hay un acompañamiento y seguimiento de un año para otro y si los maestros del grado brindan informes pormenorizados al docente del nivel inmediato superior, o bien que los mismos sean ubicados en el siguiente nivel.
“De esta manera los maestros podrán tratar los problemas de aprendizaje que presentaron los estudiantes en primer grado y equipararos en relación a los contenidos”, sostiene Pernalete.
La investigadora afirma que si no se hace de esa manera, el niño o la niña quedarán rezagados científicamente para enfrentar el año escolar siguiente y van tener problemas de aprendizajes.
Los estudiantes que no aprendieron a leer y pasan al siguiente nivel “esto va ser muy difícil poderlos equipar, porque sin base, es como comparar coloquialmente, que tengan grapas para guindar ropa, pero no tienes la cuerda”, manifestó.
“Cuando hay lagunas de aprendizajes los estudiantes no tienen base y los contenidos se van cayendo, y por eso es tan importante el conocimiento acompañamiento de los maestros, sobre todo en los primeros grados, además, los docentes tienen que conocer a cada niño y darle atención individualizada”, expresa la especialista.
“Es difícil para los docentes que tienen lleno el salón de clases brindar atención personalizada, por eso tiene que buscar ayuda de los padres o tutores, o bien buscar estrategias educativas que permitan poder llenar lagunas de aprendizajes”.
Parnalete sostiene que si hay lagunas de aprendizaje lo que venga después no tiene donde afianzarse, donde agarrarse, y si eso se adiciona a la promoción automática, los alumnos pueden llegar a sexto grado sin saber leer oportunamente y esa problemática muchas veces se ve reflejado en los análisis cualitativos y cuantitativos de la educación en Latinoamérica, destaca.
El golpe de la migración
“Las migraciones es otro factor perturbador en la educación de los niños, niñas y adolescentes, y afectan espantosamente porque llegan a un país y otro, desarraigados, fuera de su entorno social, de su escuela, del resto de familiares, de sus amigos en la escuela y con un panorama completamente desconocido para ellos, asegura la académica.
Incluso cuando la migración es de los padres, “los niños son dejados atrás”, ellos suponen que fueron abandonados por sus progenitores y entonces surgen problemas de conducta y aprendizaje, bajo rendimientos académicos y poco interés en la integración de las actividades de la escuela.
Cuando ocurre eso, la escuela, los maestros deben brindar atención especializada a los estudiantes que han quedado bajo la tutela de sus abuelas, tías y otros familiares, recomienda Luisa Pernalete.
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Cuando el educador está actualizado, conoce bien su entorno, su comunidad educativa, las diferencias individuales de sus alumnos, “está preparado”, para enfrentar cualquier desafío, “si sigue trabajando como el cangrejo mirando hacia atrás, los niños son tremendamente afectados y también los mismos docentes porque no tiene herramientas para enfrentar la realidad que tienen sus alumnos y la escuela”.
Por ejemplo la pandemia de Coronavirus provocó la suspensión de clases presenciales, supuso entonces aprender rápidamente herramientas digitales, el regreso mismo a la educación presencial supuso retos para los maestros, los muchachos llegaron sin hábitos, con desaprendizajes.
“Si el maestro no está preparado no puede asumir los nuevos retos y los más afectados van a ser los niños y las niñas y “si a eso se adiciona que la escuela no tiene los materiales didácticos, habrá mayores afectaciones en el proceso de enseñanza -aprendizaje y se profundiza la brecha entre los estudiantes atendidos y los desatendidos, afirma la especialista, Luisa Pernalete.