La nicaragüense Martha Cruz llegó a Costa Rica hace 37 años. Cuando era pequeña, ella desfilaba en su colegio en Managua para las fiestas patrias, pero hoy, a sus 52 años, acompaña a sus nietos que desfilen en un colegio de San José, la capital Costarricense.
Los niños portan una pequeña bandera de Nicaragua. “Como no se puede marchar en nuestro país con la bandera, ellos aquí la llevan”, comenta Cruz.
Los dos nietos de doña Martha llegaron a Costa Rica en 2019, debido a que un familiar de ellos se involucró en las protestas contra Daniel Ortega y su vida e integridad física corrían peligro. La familia decidió partir hacia el vecino país del sur y ahora los dos pequeños niños viven con su abuela.
En Costa Rica, a diferencia de Nicaragua, en los desfiles patrios no hay banderas de partidos políticos. Solamente la bandera nacional y en algunos colegios, estudiantes y docentes portan las banderas del resto de países centroamericanos, con quienes Costa Rica y Nicaragua celebra sus 201 años de independencia.
Homenaje a Nicaragua y Centroamérica
Al noreste de San José, la capital costarricense, se ubica el colegio Liceo de Moravia, en donde para estas fiestas patrias se dedicó un día para cada uno de los países centroamericanos. A Nicaragua le tocó el 14 de septiembre.
“Nicaragua para nosotros es parte de nuestra comunidad y por eso le rendimos culto a esa cultura nicaragüense, a esos poetas nicaragüenses, y lo más importante a nuestros estudiantes nicaragüenses”, dice Víctor Hugo Chávez Quirós, director del colegio Liceo de Moravia.
En este centro educativo estudian varios niños nicaragüenses y también niños de otras nacionalidades. Colombianos, venezolanos y salvadoreños.
El director Chávez Quirós indica que particularmente los nicaragüenses representan la mayor comunidad extranjera que estudia en este colegio. Esto es debido a la creciente migración de nicaragüenses hacia Costa Rica, debido a la profundización de la crisis política y la crisis económica.
Chávez Quirós comenta que en el colegio que dirige se aprecia mucho la literatura nicaragüense, en especial la del poeta Rubén Darío. También admiran mucho la gastronomía nica y a los artistas como Carlos Mejía Godoy y Hernaldo Zuñiga.
“No podemos negar la presencia de Nicaragua en Costa Rica. Las fronteras son políticas, pero entre los jóvenes y en la relación de amistad y armonía, existe solo amor y comprensión”, resalta el director del Liceo de Moravia.
En Costa Rica, cerca del 10% de la población es migrante y el Ministerio de Educación Pública de este país registra a cerca de 52,000 menores de edad extranjeros que se encuentran activos en los distintos colegios del país. La mayoría son nicaragüenses.
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“Como Nicaragua ninguna”
Reyna Urbina es una nicaragüense que vende de manera ambulante en las calles de la capital costarricense. Vende banderas, camisetas, pañoletas y bisutería en conciertos, plazas, parques y demás actividades.
Llegó a Costa Rica en 2018, impulsada por la crisis económica. Este 15 de septiembre encontramos a Urbina vendiendo en el desfile patrio en la avenida central de San José.
“Para los nicaragüenses no es igual. Aquí es alegre, pero como Nicaragua ninguna”, dice la mujer, mientras trata de captar clientes para vender sus pañoletas.
“Nosotros celebramos la independencia aquí porque estamos aquí. Veo que andan más nicaragüenses que ticos”, resalta Urbina.
Mientras tanto, los nietos de doña Martha Cruz van desfilando por la avenida central de San José. Tienen diez y siete años. El menor de ellos leva una camiseta blanca con el croquis y la bandera de Nicaragua, mientras que el otro está tocando un tambor. Ellos desfilan en Costa Rica, porque en su país no pueden hacerlo.