Liseth Araúz ha dejado de comer pollo frito. Etelvina Mendoza consume menos queso. Rachel Rizo come carne solo cuando la empleadora de su hermana les regala. Tres familias. Una realidad. Salarios congelados que son consumidos casi en su totalidad por las necesidades alimenticias.
El dato más reciente es agosto de este año. El costo de la canasta básica alcanzó los 18,000.54 córdobas, es decir 18% más cara que en agosto del 2021 cuando se registró en 15,270.59 córdobas, según estima el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE).
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Ante ese panorama de encarecimiento del costo de la vida, Liseth Araúz ha determinado una serie de medidas para enfrentar esa realidad. Admite que la fritura es un lujo en su casa. El litro de aceite por el que pagaba antes 30 córdobas, ahora paga 80.
El salario no da
Liseth de 40 años habita en el distrito siete de Managua. Ella y su esposo trabajan en la zona franca Las Mercedes. En conjunto reúnen 15,520 córdobas mensuales. De los cuales 12,000 córdobas es para la comida, 300 córdobas en el recibo de la luz y 150 para el agua. El gas butano, lo compra cada dos meses porque lo usa lo menos posible para ahorrar. Los frijoles u otro alimento de largo tiempo de cocción los hace en el fogón.
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Tienen dos hijos: una adolescente de 15 años y un niño de siete. Están en colegios públicos. No paga alquiler. Sus familiares de Nueva Guinea le regalan frijoles y cuajadas, lo cual se convierte en el ahorro que necesita para comprarle ropa a sus hijos y ajustar el pago de las clases de inglés de su hija mayor.
En Nicaragua, los 53 productos que componen la canasta básica está contemplada para ser adquirida por dos salarios y cubrir los requerimientos de seis personas. Cuatro adultos y dos niños, así lo detalla la ficha técnica del Banco Central de Nicaragua.
Familias extensas con mayores dificultades
Ante la tendencia alcista que no parará, Rachel no descarta la posibilidad de migrar. Ella convive con su hija de siete años, sus padres de la tercera edad y su hermana de 25 años. En sí sólo ella tiene trabajo formal como cajera en una tienda. Gana 8,000 córdobas mensuales. Su papá recibe la pensión reducida, su mamá plancha a una familia una vez por semana y su hermana limpia por días en una casa.
Al mes esta familia dispone de 6,000 córdobas mensuales para los granos básicos. Las verduras y frutas que consumen son porque viven en una comarca de Masaya y las cosechan.
“La mejora como el queso y la carne la comemos cuando la jefa le dice a mi hermana, llévese eso que no lo comeremos. Porque de lo contrario no comeríamos. Está muy caro todo. Y a como vamos creo que hasta los frijoles vamos a dejar de comer”, expresó Rachel.