Monseñor Silvio Báez, Arzobispo de la Arquidiócesis de Managua, ayer domingo hizo un llamado a la oración como una vez los discípulos pidieron a Jesús que les enseñara a orar, acción considerada como una relación amorosa con el padre.
El clérigo dijo además que la mayor contribución que los cristianos pueden ofrecer es la oración.
“La historia no es solo un escenario en el que actúan las voluntades humanas, sino también el lugar donde Dios hace llegar su reino de caridad, de paz y de justicia. Al orar hacemos posible que Dios misteriosamente fecunde la historia y transforme la sociedad con nuestra colaboración y a través de nuestras acciones”, dijo.
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Monseñor Báez expresó que en la oración los creyentes pueden pedir por el dolor social, pero que no basta rezar, para un cristiano es verdad también que no basta hablar y actuar”, agregó.
“Al orar acogemos en nuestro corazón también el dolor social: el drama de los pobres, el sufrimiento de los presos políticos y de los exiliados, la zozobra de una Iglesia perseguida y la humillación de sacerdotes acusados con odio y en modo irregular”, agregó el religioso.
El religioso quien está fuera del país por órdenes del Papa Francisco a la vez manifestó que la oración de los creyentes es capaz de cambiar los rumbos de la sociedad.
Monseñor Báez también dio palabras de ánimo a los creyentes al recordarles que “Debemos confiar que ningún grito que brota del dolor humano queda sin respuesta de parte de nuestro padre Dios”.
“La oración no es un simple acto de piedad, ni un rito para invocar soluciones mágicas, evadiendo nuestro compromiso en la vida. Al contrario, al orar tomamos mayor conciencia de nuestras responsabilidades. Hacemos oración no para cruzarnos de brazos, sino para permitir que la fuerza de Dios ilumine nuestro corazón”, expresó.