“Es muy duro para las familias pues es un sueño que se convierte en luto” afirma Yamaly Duarte, esposa de Iván Ramiro Rivera Velásquez, quién pereció ahogado en el río Bravo en su intento de llegar a Estados Unidos. Su cuerpo fue encontrado a orillas del caudal el 28 de mayo de 2022.
Rivera, era un abogado originario de Chinandega, quien antes de migrar a Estados Unidos trabajaba vendiendo CDs en un puesto de León debido a que no tenía su sello notarial. Juntó todos sus ahorros, vendió su motocicleta y emprendió su viaje hacia Estados Unidos, pero no llegó a su destino, dejando a su esposa y sus dos hijas de 12 y 6 años.
“Yo le dije que no se moviera porque llevaba un problema y tenía un mes de tomar medicamento para una trombosis y no sé si le afectó a la hora de nadar y meterse al río” comentó Duarte a Radio Darío, Yamaly llena de lágrimas, cuenta que momentos antes de identificar a su esposo, ella aún mantenía la esperanza de que no se tratara de su esposo.
“Cuando le vi su rostro mi corazón se desplomó, trataba de convencerme de que no era él, pero ahí estaba no podía negarme más, tenía que mostrarme fuerte por mis niñas”, relata.
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La vivencia de Duarte y su esposo es tan solo una de las 31 historias de personas que han tenido que pasar por esta odisea en lo que va del año 2022, según cifras de la organización Texas Nicaraguan Community (TNC) que trabaja en pro de los migrantes nicaragüenses que desean ingresar a Estados Unidos huyendo de la represión y de la crisis económica.
TNC calcula que en este 2022 han ingresado ilegalmente a Estados Unidos entre 12,000 y 16,000 nicaragüenses, al menos 31 no llegaron a su meta.
Las familias, además de lidiar con el dolor de perder a un ser querido y asumir el gasto para repatriar sus cuerpos, también tienen que lidiar con las trabas y falta de apoyo por parte del consulado nicaragüense en Houston, Texas, al sur de los Estados Unidos.
“Por fortuna en mi caso él falleció en México, no en Estados Unidos. El proceso fue más rápido. Tardó 12 días su repatriación” dice Duarte, refiriéndose al tardío proceso de enviar el cuerpo a Nicaragua desde los Estados Unidos, debido a la falta de cooperación del consulado nica.
Consulado nicaragüense no colabora
Justine Ochoa, voluntaria en TNC del área de repatriaciones, se mostró decepcionada del actuar del consulado. “Esta situación es una problemática seria. Ahora el consulado no contesta ni correos ni llamadas. Ya hasta la morgue de Laredo, Texas, sabe que ellos no quieren trabajar. En la última ocasión la morgue hizo el proceso con una funeraria por su cuenta, pues por parte del consulado no tendrían respuesta”, narró.
La voluntaria, expresa que la problemática con la repatriación de los cuerpos por parte del consulado nicaragüense en Houston, es la nula respuesta ante llamadas, correos y mensajes. “Ellos ni siquiera envían el reporte recibido por las familias, tienen toda esa información ahí almacenada. Con la excusa de no tener tiempo, no hacen nada, no se integran al proceso de repatriación” comenta.
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Ochoa, dejó claro que el tardío actuar del consulado, deja a los migrantes nicaragüenses solos y sin apoyo, pues de todos los países centroamericanos, Nicaragua es el único que no colabora con la morgue, realiza sus acciones de manera lenta y en lo que va del año, desde esas oficinas, solo han gestionado la repatriación de un cuerpo hacia Nicaragua.
¿Cómo repatriar un cadáver?
“Va a depender del lugar donde fallezca la persona, es más complicado cuando está en Estados Unidos en comparación al proceso en México” afirma Ochoa.
En el caso de Estados Unidos, lo primero es reportar la desaparición del migrante en gobernación de Houston, Texas, con respaldo al consulado. En ese reporte deben ir especificaciones de la ropa que llevaba puesta, pertenencias y características específicas de la persona.
Una vez que llega este reporte al consulado nicaragüense, ellos deberían enviar los datos a la morgue de Laredo, Texas con las huellas que proporciona la familia del connacional para que la morgue busque entre sus datos a la persona desaparecida.
El siguiente paso es contactar a la funeraria y la familia le otorga un poder para que se encargue de sacar el cuerpo de la morgue y repatriarlo.
No debería ser un proceso complicado, pero la falta de cooperación por parte del consulado nica, se convierte en un proceso largo, de hasta nueve meses, con un costo de hasta 10,000 dólares, según Texas Nicaraguan Community.
Debido a la ausencia del consulado nicaragüense en Houston, con respecto a las repatriaciones de migrantes nicas, el proceso será mucho más tedioso y caro.
La morgue de Laredo, por su parte, ya hizo la notificación que debido a la nula actividad del consulado, no tienen espacio para un cuerpo más, así que los cuerpos que lleguen serán enterrados. Lo que aumentará la dificultad de su repatriación y con ello, los costos de su proceso hasta en un 30%, según TNC.