‘Julia’ se fue de Nicaragua la tarde del domingo 9 de octubre pero a su paso dejó una estela de destrucción en gran parte del territorio nacional. Las imágenes calan y duelen. Familias que lo perdieron todo, caminos destruidos, cosechas perdidas. Las lluvias fueron constantes y fuertes, lo que unido a un buen invierno provocó deslizamientos de tierra en varias zonas del país.
Aunque los mayores estragos se registraron en el Caribe, centro y pacífico sur de Nicaragua, la norteña Jinotega también experimentó daños y serias afectaciones en sus diversos municipios.
Apanás está rebasado y ríos aumentaron su caudal
Hacía muchos años que el lago de Apanás no se veía así de lleno. Está a su máximo nivel por el paso de ‘Julia’, el moninglor se mira al borde y en el vertedero se observan fuertes corrientes producto de las lluvias, algo poco común en este lago artificial.
Te puede interesar: Miles de hogares sin energía eléctrica en Nicaragua por “Julia”
La gente observa curiosa pero con cautela. “¡Uh! desde cuando no veíamos ese lago lleno, pero es que las lluvias no han parado, antes de que viniera este huracán ya se veía ‘repleto’, con esta llovedera ahora tiene mucha más agua”, afirma un comunitario de esa zona.
Vías obstruidas
La comunidad de Wale, Tomayunca, Sasle, se vio afectada por árboles caídos sobre las carreteras y obstaculizaron el paso vehicular. En Paso Real, con hacha en mano y machetes los comunitarios despejaron la vía. En la famosa cuesta de Wale, en Santa Maria de Pantasma, las corrientes de agua hicieron que los árboles cayeran sobre la carretera. Esta zona de por sí es muy peligrosa, debido a que históricamente se producen deslaves espontáneos de los cerros.
Familias afectadas
En el barrio Nueva Esperanza, en el sector del mercado municipal de Wiwili Jinotega, las corrientes provocaron hundimiento del terreno, lo que originó daños en las calles de esa localidad, pobladores manifestaron que hay más viviendas afectadas en ese municipio.
Te puede interesar: Bluefields incomunicado tras impacto de huracán Julia
En las áreas rurales de Wiwilí son muchas las familias que claman por ayuda ya que lo perdieron todo. Los García es una de esas que urge de alimentos, ropa y calzado.