La justicia nicaragüense controlada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo declaró culpable al sacerdote Óscar Benavidez Dávila, párroco de la iglesia Espíritu Santo de Mulukukú, municipio del Caribe Norte de Nicaragua.
El religioso fue acusado por la fiscalía sandinista de los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas. El dictamen condenatorio fue emitido por la juez Nancy Aguirre Gudiel, titular del Juzgado Décimo de Distrito Penal de Juicio de Managua.
La fiscalía solicitó una condena de cinco años por el presunto delito de conspiración para cometer menoscabo la integridad nacional y tres por propagación de noticias falsas, en total demandó ocho años de prisión para el eclesiástico.
El abogado defensor del cura expresó que la fiscalía no ofreció certeza de los delitos, al no identificar a las personas que aparentemente maquinaban con el párroco y tampoco pudo demostrar el delito de menoscabo a la soberanía nacional de Nicaragua.
El juicio se realizó a puertas cerradas, no se consintió la presencia de un familiar del religioso en la audiencia.
La defensa del sacerdote había propuesto como testigo a monseñor Rolando Álvarez, quien está detenido desde el 19 de agosto y acusado por los mismos delitos que condenaron al sacerdote Benavides Dávila.
Leer también
La fiscalía pidió no permitir que monseñor Álvarez llegará a declarar y mientras el juez aceptó de inmediato la petición de la Fiscalía como ocurre en los procesos judiciales contra las personas presas políticas.
De los tres testigos que presentó la Fiscalía ninguno de ellos dijo que el capellán los había convocado a reuniones para manifestarse en contra del gobierno sandinista y que nunca recibieron mensajes provocadores de parte del cura.
Mientras que en el celular que la Policía le arrebató al religioso no encontraron ningún contacto con políticos, ni mensajes que comprometieran al eclesiástico.
El abogado defensor del líder religioso dijo que de 500 iconografías y legajos que encontraron, sólo 50 fueron de utilidad para la Fiscalía por ser retratos y memes del gobierno.
A pesar de que la Fiscalía no presentó pruebas contra el sacerdote fue declarado culpable por conspiración para cometer menoscabo divulgación de noticias falsas.